viernes, 19 de octubre de 2012

Victoria del conformismo

     Ésta semana me han echado en cara que soy una romántica. 
     No ñoña, no. Romántica en el sentido de poco realista. Mi problema es que creo en la parte buena de la gente, confío demasiado en que se haga lo correcto y tengo la buena teoría de que el mundo puede cambiar y, por lo tanto, existe la posibilidad de mejorar.
     Que me tachan de ilusa, vamos.
   Deprime pensar que, actualmente, las cosas que son coherentes, a la sociedad le parezcan irrealizables.

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